Aclaración previa: ésta es una versión al castellano moderno casi de urgencia para que mis alumnos puedan entender el contenido de la obra. Por lo tanto, aunque intento respetar la rima, ni de lejos me preocupo por el cómputo silábico. Si ves algo que rectificar o quieres hacerme alguna sugerencia, por favor
escríbeme.
San Miguel de la Tumba es un gran monasterio,
El mar lo cerca, él está en medio:
Es un lugar peligroso, donde sufren gran lacerio
(1)los monjes que viven en ese cementerio.
En este monasterio que hemos mencionado,
Había un buen grupo de buenos monjes probados,
Un altar de la Gloriosa rico y muy honrado,
Y, en él, rica imagen de precio muy elevado.
Estaba la imagen en su trono sentada,
Su hijo hijo en brazos, cosa acostumbrada,
Los reyes, alrededor de ella, la tenían bien acompañada,
Como a rica reina por Dios santificada.
Tenía rica corona como rica reína,
Encima, rico velo en lugar de cortina.
Estaba muy bien tallada. Era labor muy fina.
Más valían las gentes que la tenían por vecina.
Colgaba delante de ella un buen aventadero
(2),
Que en el seglar lenguaje dicen moscadero:
De alas de pavos reales lo hizo un obrero.
Lucía como estrellas. Parecía un lucero.
Cayó un rayo del cielo por los graves pecados,
Encendió la iglesia por los cuatro costados,
Quemó todos los libros y todos los paños sagrados.
Por poco los monjes no fueron quemados.
Ardieron los armarios y todos los frontales,
Las vigas, las gateras, los cabríos, los cumbrales.
Ardieron las ampollas, los cálices y los ciriales.
Permitió Dios esas cosas como permite otras tales.
Aunque fue el fuego tan fuerte y tan quemante,
Ni llegó a la Señora ni llegó al infante,
Ni llegó al abanico que colgaba delante,
Ni le causó daño por un dinero pesante.
Ni ardió la imagen ni ardió el flabello
(2),
Ni sufrió daño que costara más que un cabello,
Ni el humo se acercó a ellos,
Ni hubo más daño del que yo le pudiera hacer al obispo don Tello.
Continente y contenido fue todo quemado,
Tornó todo en carbones, fue todo arrasado:
Pero el entorno de la imagen quedó como había estado,
No hizo mal el fuego, pues non era osado.
Esto lo tuvieron todos por gran maravilla,
Pues ni humo ni fuego se llegó a ella,
Pues estaba el abanico más claro que una estrella,
El niño muy hermoso, hermosa la doncella.
El precioso milagro non cayó en olvido,
Fue luego bien dictado, en escrito metido.
Mientras el mundo sea, será retraído
(3).
Algún malo por él se ha al bien convertido.
La bendita Virgen, reina universal,
Igual que libró su tocado de este fuego tal,
Así libra a sus siervos del fuego eternal
Y los lleva a la gloria, donde nunca hay mal.
Notas:
1 Penalidades.
2 Abanico. (Juan Manuel Cacho Blecua. Milagros. Austral)
3 Recordado.
Fuente y contribuyente: Milagro XIV - La imagen respetada Fuente: http://es.wikisource.org/w/index.php?oldid=8878 Contribuyente: LadyInGrey